Él decía que cada uno debe obtener en su vida las cuatro “t”:
1. Tiempo para reflexionar. Sin él desconoces tus prioridades en cada momento.
2. Talento.
3. Transmitir positividad.
4. Tutoría. Todos somos inmaduros. El ser humano siempre necesita alguien que le guíe en la vida.
2. Talento.
3. Transmitir positividad.
4. Tutoría. Todos somos inmaduros. El ser humano siempre necesita alguien que le guíe en la vida.
Hasta aquí la doctrina.
Ahora la aplicación a nuestra vida interior.
Estas cuatro “t” se pueden traducir en la vida espiritual en:
1. Tiempo para estar a solas con Dios.
2. Espíritu de examen. Conócete conociendo a Jesucristo.
3. Difundir a otros el Amor que Dios te da en Cristo.
4. Vivir la dirección espiritual. Abrir tu alma a alguien que te ayude a descubrir y secundar las mociones del Espíritu.
Estas cuatro “t” se pueden traducir en la vida espiritual en:
1. Tiempo para estar a solas con Dios.
2. Espíritu de examen. Conócete conociendo a Jesucristo.
3. Difundir a otros el Amor que Dios te da en Cristo.
4. Vivir la dirección espiritual. Abrir tu alma a alguien que te ayude a descubrir y secundar las mociones del Espíritu.
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