Comparto con vosotros una reflexión que he leído estos días:
- Hay quien comulga en pecado, y hace con el Cuerpo de Cristo lo que hicieron los que le crucificaron.
- Hay quien comulga como el que come pan, y en su alma no sucede absolutamente nada, salvo la soledad de un Cristo recibido con frialdad.
- Hay quien comulga como quien deglute en una comida familiar, mirando hacia fuera, mientras el Dueño de la casa pasa inadvertido.
- Cuando el Pan de la Eucaristía llega a ti, sé amante, enamorado, apasionado y loco. Recibe con amor a quien en Amor viene. Convierte cada comunión en un momento irrepetible.
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