martes, 17 de marzo de 2009

EL DECÁLOGO DE VIDA CRISTIANA QUE OFRECE REBECA

D. Rafael Palmero, Obispo de Orihuela-Alicante, presidió el sábado 14 de Marzo, en Granja de Rocamora, la apertura del proceso de canonización de la joven Rebeca Rocamora Nadal, catequista parroquial que a los 20 años moría después de afrontar la enfermedad y la proximidad de la muerte con una aceptación absoluta y alegre de la voluntad de Dios.

El Señor Obispo resume en 10 puntos las lecciones de vida cristiano que ofrece esta joven catequista.

1. “Lo importante es el Señor”. Lo dijo Rebeca el día de su Primera Comunión. Más importante para ella que estrenar un vestido comprado era lo que recibía en la Eucaristía. Su traje sencillo había sido tejido a punto por su madre…


2. “No pierdas nunca esa sonrisa”, frase del Párroco a Rebeca, en esa fecha memorable de su Primera Comunión.


3. “Fidelidad a los mandamientos y cumplimiento de los mismos, dando así testimonio de fe y amor”. Así reza un autógrafo suyo en el libro de catequesis que utilizaba.


4. “Quiero ser catequista de los pequeñines”. Su madre pedía al Señor para ella la gracia de la vocación religiosa; Rebeca, en cambio, se sentía catequista de la Parroquia de Granja.


5. “No pasa nada, todo se andará”. Palabras con que la hija animaba a su padre, preocupado a su lado por la enfermedad que padecía.


6. “Pido al Señor que aumente mi fe”. Jaculatoria con que recordaba a su madre que el Señor sabía muy bien qué le convenía más, si la salud o la enfermedad.


7. “La fe en la Santa Cruz es mi fuerza”. Tenía en ese momento Rebeca en sus manos la reliquia del Lignum Crucis de la Parroquia, que le acompañó en su tránsito al cielo.


8. “Doctor, quiero que me diga qué es lo que tengo…, quiero saberlo para sufrir con mi madre”. De pequeña, en su primera enfermedad, de la que se recuperó por intercesión de la Virgen Santa María, no llegó a enterarse de todo y veía que el sufrimiento pesaba sobre la madre.


9. “Me voy al cielo, y poco a poco me llevaré a los que quiero”. Frase pronunciada en el Hospital de Madrid, donde vivió más pendiente, durante su larga estancia en él, de los enfermos y familiares, de los médicos y enfermeras que le atendían, que de sí misma.


10. “Alabaré, alabaré…” Canto que solicitaba y coreaba, uno y otro día, en los últimos meses de cruz y de luz de esta luminosa sonrisa.

1 comentario:

  1. He conocido esta página y felicito cordialmente a su autor. Desde Galicia, le auguramos mucho éxito pastoral. Nace con buena estrella. Unos amigos.

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