Un hombre que viajaba por interminables carreteras paró su camión junto a un bar concurrido por otros conductores. Mientras esperaba que le sirvieran una cerveza, un muchacho de la cantina trabajaba afanoso frente a él, encorvado, al otro lado del mostrador.
- ¿Mucho trabajo?- le pregunto el viajero sonriéndole.
El muchacho levantó la cabeza y le devolvió la sonrisa.
Cuando meses más tarde pasó de nuevo por allí el mismo conductor, el muchacho del mostrador le reconoció como se reconoce una vieja amistad.
jajajajjaj :)
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