De forma inconsciente, la nueva campaña atea de Reino Unido ha echado mano de una pareja de hermanos cristianos para promocionar sus postulados. Las fotos, compradas a una agencia de publicidad, retratan a los hijos de un anglicano evangélico
EMILI J. BLASCO LONDRES. ABC. 24.11.2009
Tiro por la culata. Debían representar la alegría vital de dos niños libres de las ataduras de la religión de sus padres, pero resulta que la nueva campaña atea en el Reino Unido ha echado mano, sin saberlo, de las fotos de dos hermanos que en realidad están bautizados como cristianos y que si se muestran tan alegres, según dice su padre, es por los valores que, a través de la religión, han aprendido en casa y en la iglesia.
«Por favor no me etiquetes», dice el principal lema de la nueva campaña, que va acompañado de otro con tipografía algo más pequeña: «Déjame crecer y escoger por mí mismo». Es la segunda gran oleada de publicidad exterior del movimiento ateo del Reino Unido, articulado por la Asociación Humanista Británica y dirigido por el divulgador científico Richard Dawkins. La primera, lanzada a comienzos de año en anuncios de autobuses con el mensaje «Probablemente no hay Dios. Deja de preocuparte y disfruta la vida», también llegó a España en medio de una gran polémica.
Olli Mason, de 7 años, y su hermana Charlotte, de 8, aparecen en vallas publicitarias de Londres, Edimburgo, Cardiff y Belfast. Son hijos de Brad Mason, anglicano evangélico conocido en círculos religiosos por haber sido el batería del músico cristiano Noel Richards. Mason es diseñador gráfico y fotógrafo y con el fin de ganar algo de dinero extra para su familia facilita fotografías a agencias que luego venden esas imágenes a empresas de publicidad o periódicos. Entre otras colecciones gráficas, suministró instantáneas con sus hijos. Éstas fueron las que finalmente eligió la Asociación Humanista Británica porque en ellas ambos hermanos aparecen especialmente alegres y felices.
«Obviamente hay algo en sus caras que es diferente», declaró a «The Times» su padre, «por eso fueron escogidas, lo que es irónico y al mismo tiempo un cumplido. Muestra que hemos educado a nuestros hijos de un modo que les hace felices».
Los promotores de la campaña han salido al paso de su error indicando que el que ambos niños estén bautizados como cristianos no desactiva su mensaje. Aducen que lo que éste dice es que «a un niño no se le debe etiquetar por su religión ni suponer que necesariamente tiene los mismos planteamientos vitales que sus padres. No se deba hablar de niño católico, protestante, musulmán, anarquista, marxista, ateo, etc, como clasificándole».
Mensajes contradictorios
Pero estas declaraciones, que parecen enaltecer la libertad religiosa, se ven contradecidas por la segunda parte del lema de la campaña, que reclama no enseñar ningún tipo de religión a los hijos.
Así lo advierte Graham Coyle, presidente de la Fundación de Escuelas Cristianas. «Parece que están diciendo que no quieren que los padres pasen a sus hijos sus creencias acerca de lo que es bueno o malo, del respeto a los demás y vivir en armonía. Si eso es lo que están diciendo, están pidiendo a los padres que no atiendan sus responsabilidades. Es un error decir que se etiqueta a los hijos por el hecho de transmitirles nuestros valores fundamentales». Para Coyle, si un ateo dice a su hijo que no cree en Dios «le está influyendo y transmitiendo esa idea».
EMILI J. BLASCO LONDRES. ABC. 24.11.2009
Tiro por la culata. Debían representar la alegría vital de dos niños libres de las ataduras de la religión de sus padres, pero resulta que la nueva campaña atea en el Reino Unido ha echado mano, sin saberlo, de las fotos de dos hermanos que en realidad están bautizados como cristianos y que si se muestran tan alegres, según dice su padre, es por los valores que, a través de la religión, han aprendido en casa y en la iglesia.
«Por favor no me etiquetes», dice el principal lema de la nueva campaña, que va acompañado de otro con tipografía algo más pequeña: «Déjame crecer y escoger por mí mismo». Es la segunda gran oleada de publicidad exterior del movimiento ateo del Reino Unido, articulado por la Asociación Humanista Británica y dirigido por el divulgador científico Richard Dawkins. La primera, lanzada a comienzos de año en anuncios de autobuses con el mensaje «Probablemente no hay Dios. Deja de preocuparte y disfruta la vida», también llegó a España en medio de una gran polémica.
Olli Mason, de 7 años, y su hermana Charlotte, de 8, aparecen en vallas publicitarias de Londres, Edimburgo, Cardiff y Belfast. Son hijos de Brad Mason, anglicano evangélico conocido en círculos religiosos por haber sido el batería del músico cristiano Noel Richards. Mason es diseñador gráfico y fotógrafo y con el fin de ganar algo de dinero extra para su familia facilita fotografías a agencias que luego venden esas imágenes a empresas de publicidad o periódicos. Entre otras colecciones gráficas, suministró instantáneas con sus hijos. Éstas fueron las que finalmente eligió la Asociación Humanista Británica porque en ellas ambos hermanos aparecen especialmente alegres y felices.
«Obviamente hay algo en sus caras que es diferente», declaró a «The Times» su padre, «por eso fueron escogidas, lo que es irónico y al mismo tiempo un cumplido. Muestra que hemos educado a nuestros hijos de un modo que les hace felices».
Los promotores de la campaña han salido al paso de su error indicando que el que ambos niños estén bautizados como cristianos no desactiva su mensaje. Aducen que lo que éste dice es que «a un niño no se le debe etiquetar por su religión ni suponer que necesariamente tiene los mismos planteamientos vitales que sus padres. No se deba hablar de niño católico, protestante, musulmán, anarquista, marxista, ateo, etc, como clasificándole».
Mensajes contradictorios
Pero estas declaraciones, que parecen enaltecer la libertad religiosa, se ven contradecidas por la segunda parte del lema de la campaña, que reclama no enseñar ningún tipo de religión a los hijos.
Así lo advierte Graham Coyle, presidente de la Fundación de Escuelas Cristianas. «Parece que están diciendo que no quieren que los padres pasen a sus hijos sus creencias acerca de lo que es bueno o malo, del respeto a los demás y vivir en armonía. Si eso es lo que están diciendo, están pidiendo a los padres que no atiendan sus responsabilidades. Es un error decir que se etiqueta a los hijos por el hecho de transmitirles nuestros valores fundamentales». Para Coyle, si un ateo dice a su hijo que no cree en Dios «le está influyendo y transmitiendo esa idea».
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