Se cuenta que cuando quisieron quitar el crucifijo del despacho del agnóstico Tierno Galván, siendo Alcalde de Madrid, manifestó:
“La contemplación de un hombre justo que murió por los demás no molesta a nadie. Déjenlo donde está.”
“La contemplación de un hombre justo que murió por los demás no molesta a nadie. Déjenlo donde está.”
Y así seria, pero lamentablemente politicos como Don Enrique hoy dia me atreveria a decir que no existen.
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