Un día en un grupo de catequesis, la catequista preguntó a uno de los niños que estaba distraido:
- Daniel, ¿qué es un santo?
Daniel se vio pillado por sorpresa y no sabía que responder; solo se le venían a la cabeza las imágenes de las vidrieras que adornaban la iglesia de la parroquia y donde aparecían muchos y diferentes santos. Pensando en esas vidrieras Daniel solo pudo balbucear:
- Un santo es una persona grande, frágil y que deja pasar la luz.
La catequista quedó admirada por la respuesta y felicitó a Daniel.
Ciertamente eso es un santo:
Una persona grande: que deja que Dios sea grande en él. Una persona que sabe hacer, de las cosas sencillas, cosas importantes. Una persona que sabe escuchar, que sabe servir, que sabe sonreír, que sabe consolar… Una persona normal pero que no quiere quedarse en la mediocridad, sino que quiere que su vida sea plena.
frágil: que es y se sabe pecador. Ser santo no significa no caer, no pecar, caigan, … sino que significa es capaz de reconocer su debilidad. No se fía de él mismo sino que ponen toda su confianza en el amor misericordioso de Dios.
y que deja pasar la luz: un santo es alguien que lleva a Dios dentro y se nota. Dios se desborda por cada momento de su vida. El santo sabe que el importante no es él, sino Dios, y deja que Dios se refleje en su familia, en sus amigos, en su vida… Se deja transfigurar. Es la Sangre de Cristo la que le transfigura.
Un santo es una persona grande, frágil y que deja pasar la luz.
Gracias !!!
ResponderEliminar¡Quiero ser esa "vidriera"! ¡Quiero ser santo! Sé que cuento con sus oraciones y las de muchas "vidrieras" que me quieren, ayudan, rezan, acompañan...
Todos los días está usted en nuestras oraciones.