viernes, 25 de noviembre de 2016

ELCHE, COLEGIO, BELÉN

Esta mañana he recibido, enviado por un amigo, este pequeño artículo y me ha parecido bien publicarlo. Lo publico literalmente, sin añadir nada. No es mi opinión sino la suya.  Creo que puede servir para hablar del tema, pero con paz, serenidad y respeto.  Ya opinaréis vosotros en el blog.  


Si cualquiera de nosotros introdujera estas tres palabras en google -“Elche, colegio, belén”-, inmediatamente aparecería la noticia que, como se dice ahora, está siendo viral en la red.

Las tutoras de Educación Infantil de 3 años de un colegio de la Ciudad de las Palmeras –no sé si los otros tutores de los otros cursos lo han hecho- han enviado un escrito a los padres de los niños para que traigan objetos para decorar las aulas con motivo de la Navidad, pero –literal- “por favor que no sea grande (árbol de navidad) ni con motivos religiosos (belén)”.

Creo que estas tutoras han olvidado su misión en un colegio: ayudar a los niños a abrirse al conocimiento del mundo que les rodea. Por eso los alumnos estudian no sólo matemáticas, sino también lengua española, inglés, música, arte, las tradiciones y costumbres del pueblo o ciudad en el que viven. Esta es la hermosa labor  de un centro escolar: que el niño descubra la realidad que le rodea para saber vivir en ella.

Una de esas realidades que configuran la vida de todos nosotros en esta ciudad de Elche es la Navidad, sea uno cristiano, musulmán, budista, agnóstico o ateo. Las calles se iluminan. Los escaparates se decoran. En las casas hay comidas y detalles especiales… Es Navidad. Se recuerda –si no se quiere celebrar- que hay un acontecimiento que ha cambiado el mundo: el Nacimiento de Jesucristo. Y nada más. Y un colegio, que está alimentándose de una cultura occidental, es de justicia que recuerde con el belén este acontecimiento. Recordarlo no es adherirse a él. Es sólo eso, recordarlo.

Pero los padres son los primeros tutores de sus hijos, y son ellos los que tienen que manifestar, con buenas formas y claridad, si están realmente de acuerdo con esta medida. Creo que estas tutoras han intentado no herir ninguna susceptibilidad que se siente extraña ante la Navidad, pero han herido, sin pretenderlo, a una gran mayoría de familias que viven la Navidad “tradicional”, con María, José y el Niño, de un modo sencillo, sin estridencias ni fundamentalismos.  A veces los que dicen rechazar los dogmas y los fundamentalismo suelen ser más dogmáticos y fundamentalistas… Es el fundamentalismo de negar lo que forma parte de una cultura y de una tradición que ha originado una gran corriente de humanidad y cultura expresada en el arte, la música y en la generosidad por los más necesitados.

Francisco Pedro González