Anécdota del conocido
psiquiatra Enrique Rojas recogida en una entrevista realizada en La
Voz de Galicia el pasado jueves, 19 de mayo.
Volvía yo de Ávila con
mi mujer de visitar a una de mis hijas. Íbamos con un par de nietos y paré en
una gasolinera, la más cutre de la zona, pero uno de mis nietos quería ir al
baño y otro tenía carraspera... Cuando entro a preguntar por el baño, me dice
la chica que estaba atendiendo la gasolinera: “¡Mire usted qué suerte tiene, que acabo de arreglar el baño!”.
Le digo que quiero unos
caramelos porque mi nieto tiene carraspera de garganta y me dice: “Mire, la mejor miel de la zona la hace mi
abuela, se la traigo ahora”.
Y además me dice: “¿Quiere llevarse un saco de naranjas, que
son de aquí y son buenísimas?”. Y yo, que no sé decir que no, salgo con las
naranjas, con los caramelos, con la miel, con unos bollos...
Asombrado con la chica.
Vuelvo al coche con todo y le pregunto a la chica: “¿Usted es feliz?”. Y responde: “¿Cómo
no voy a ser feliz si lo tengo todo?”.
La felicidad no depende de la realidad, sino
de cómo interpretas la vida.