miércoles, 18 de febrero de 2009

HITLER NO HA MUERTO. ¡VIVE!

¿Cuántas veces hemos oído esa especie de leyenda que dice que Hitler no murió en el Bunker sino que consiguió escapar de la guerra y de la justicia humana, diluyéndose entre la multitud, disfrazado de ciudadano normal?. Esto es una ficción. Hitler murió realmente en el Bunker.
Hitler ya no vive, pero su espíritu, su mal-espíritu, su ideología destructora de vidas humanas, sigue encarnándose en todos aquellos que determinan – es verdad que con un estilo “civilizado”, “científico”, “humanista” y “legal”- la muerte de seres humanos por considerarlos “inferiores”, o porque no responden a un patrón de “calidad” o sencillamente porque entorpecen los planes y proyectos forjados.
Hitler sigue viviendo en la conciencia de muchos de nuestros contemporáneos. Está animando la mente y el corazón de personas, aparentemente normales, que viven junto a nosotros, tal vez dentro de nuestra misma casa, que trabajan en oficinas, van de compras, al cine, leen libros, y colaboran extendiendo una mentalidad que atenta contra la vida: defendiendo el aborto en algunos casos, la eutanasia y la selección natural de niños-embrionarios, congelando o destruyendo a los hermanos sobrantes, o porque viven mirando hacia otro lado, sin querer plantearse la suerte que corren los más débiles de nuestra sociedad, como ocurrió con muchos alemanes bajo el régimen nazi.
El pueblo alemán de la Alemania de Hitler fue transformado por una propaganda continuada y sutil, utilizando palabras, conceptos, ejemplos y películas (en 1941 se estrenó la película “Yo acuso”, cuyo argumento nos recuerda, casi literalmente, una película española de hace unos años, cuyo nombre prefiero omitir, en la que se justificaba la acción de un hombre que facilitaba la muerte a su esposa, enferma de esclerosis múltiple. La conclusión era muy concreta: la ley debía cambiarse para permitir la eutanasia)
¿Ninguna voz firme se alzó en Alemania contra esta barbarie?. Sí. La voz de la Iglesia. El obispo August Von Galen, que recibió el nombre de “El León de Münster” por su ferviente oposición a la ideología nazi, denunció con toda la fuerza de su razón iluminada por la fe, el programa nazi de eutanasia: “Si aceptamos, aunque sea sólo por una vez, el derecho a matar a nuestros hermanos improductivos -aunque sea limitado a indefensos enfermos mentales- entonces, en línea de principios, el homicidio se convierte en admisible para todos los seres humanos”.
Hitler parece que no ha perdido la guerra. Su ideología sigue viva y activa. Lo que ocurrió en la Alemania nazi está floreciendo en nuestra sociedad.
Un gobierno o una sociedad que acepta el aborto, la eutanasia, la congelación y eliminación de niños-embrionarios, no tiene fuerza moral para acabar con el terrorismo. Existe un terrorismo de “bata blanca”, un terrorismo “científico y compasivo” que está provocando muchos más muertos que el terrorismo de bombas y balas.
Optar por Cristo es optar por la causa del ser humano, de todo ser humano, especialmente el más débil y necesitado. No nos hagamos cómplices de tantos crímenes contra la humanidad. Defendamos la vida. Apoyemos la vida. Intentemos despertar conciencias. Y estemos cerca de los que más sufren, transmitiéndoles –con nuestro amor operativo- que sus vidas son valiosas porque son imagen y semejanza de Dios.

3 comentarios:

  1. Adelante, siempre con el mismo ímpetu.Que el Señor te guíe. VC Y AF

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  2. Una vez más, querido Vicente, la palabra de nuestro querido y recordado Juan Pablo II es iluminadora y orientadora: "Estamos aquí ante uno de los síntomas más alarmantes de la "cultura de la muerte", que avanza sobre todo en las sociedades del bienestar, caracterizadas por una mentalidad eficientista que presenta el creciente número de personas ancianas y debilitadas como algo demasiado gravoso e insoportable". La cita pertenece a la encíclica "Evangelium vitae", n. 64.
    La sentencia es certera: una ideología que prima, por encima de otras consideraciones, la eficacia, la productividad, etc., tiene como consecuencia primera el que "una vida irremediablemente inhábil no tiene ya valor alguno". No estaría mal abrir un debate sobre determinadas prácticas que, realizadas en nuestros hospitales, rozan e incluso entran de lleno en la práctica eutanásica. Estoy percibiendo una gran preocupación entre algunos capellanes de hospital.

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  3. Hace año y medio tuve la suerte de rezar delante de la tumba del Cardenal Graf von Gallen, en la catedral de Münster. También de él decían que era un enemigo de la patria, que iba contra el avance de la sociedad, etc. Enhorabuena por el Blog, Vicente.

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