viernes, 25 de noviembre de 2016

ELCHE, COLEGIO, BELÉN

Esta mañana he recibido, enviado por un amigo, este pequeño artículo y me ha parecido bien publicarlo. Lo publico literalmente, sin añadir nada. No es mi opinión sino la suya.  Creo que puede servir para hablar del tema, pero con paz, serenidad y respeto.  Ya opinaréis vosotros en el blog.  


Si cualquiera de nosotros introdujera estas tres palabras en google -“Elche, colegio, belén”-, inmediatamente aparecería la noticia que, como se dice ahora, está siendo viral en la red.

Las tutoras de Educación Infantil de 3 años de un colegio de la Ciudad de las Palmeras –no sé si los otros tutores de los otros cursos lo han hecho- han enviado un escrito a los padres de los niños para que traigan objetos para decorar las aulas con motivo de la Navidad, pero –literal- “por favor que no sea grande (árbol de navidad) ni con motivos religiosos (belén)”.

Creo que estas tutoras han olvidado su misión en un colegio: ayudar a los niños a abrirse al conocimiento del mundo que les rodea. Por eso los alumnos estudian no sólo matemáticas, sino también lengua española, inglés, música, arte, las tradiciones y costumbres del pueblo o ciudad en el que viven. Esta es la hermosa labor  de un centro escolar: que el niño descubra la realidad que le rodea para saber vivir en ella.

Una de esas realidades que configuran la vida de todos nosotros en esta ciudad de Elche es la Navidad, sea uno cristiano, musulmán, budista, agnóstico o ateo. Las calles se iluminan. Los escaparates se decoran. En las casas hay comidas y detalles especiales… Es Navidad. Se recuerda –si no se quiere celebrar- que hay un acontecimiento que ha cambiado el mundo: el Nacimiento de Jesucristo. Y nada más. Y un colegio, que está alimentándose de una cultura occidental, es de justicia que recuerde con el belén este acontecimiento. Recordarlo no es adherirse a él. Es sólo eso, recordarlo.

Pero los padres son los primeros tutores de sus hijos, y son ellos los que tienen que manifestar, con buenas formas y claridad, si están realmente de acuerdo con esta medida. Creo que estas tutoras han intentado no herir ninguna susceptibilidad que se siente extraña ante la Navidad, pero han herido, sin pretenderlo, a una gran mayoría de familias que viven la Navidad “tradicional”, con María, José y el Niño, de un modo sencillo, sin estridencias ni fundamentalismos.  A veces los que dicen rechazar los dogmas y los fundamentalismo suelen ser más dogmáticos y fundamentalistas… Es el fundamentalismo de negar lo que forma parte de una cultura y de una tradición que ha originado una gran corriente de humanidad y cultura expresada en el arte, la música y en la generosidad por los más necesitados.

Francisco Pedro González


martes, 7 de junio de 2016

LA DICTADURA DEL PENSAMIENTO ÚNICO: PROHIBIDO CRITICAR LA "IDEOLOGÍA DE GÉNERO"

En una sociedad democrática, como la nuestra, parece que todo el mundo puede opinar de todo excepto la Iglesia, que debe permanecer muda ante cuestiones que afectan al ser humano en su raíz.  Todos dicen lo que les viene en gana sobre todos los temas habidos y por haber, pero si un cardenal de la Iglesia Católica recuerda lo que han enseñado los Papas  sobre la identidad del ser humano desde la perspectiva de la Antropología Teológica,  lo someten a un linchamiento absoluto.  Es la dictadura del pensamiento único.
He querido traer a este blog un artículo de Benigno Blanco, publicado estos días en LA RAZON, que desenmascara esta postura tan contradictoria con una democracia real.

CAÑIZARES Y EL NUEVO TOTALITARISMO DE GÉNERO


Benigno Blanco

Un cardenal, Antonio Cañizares, advierte en una homilía del ataque a la libertad y a la familia que supone la ideología de género y de su carácter incompatible con la visión cristiana del hombre. Esto no debiera ser noticia, pues es, sin más, es evidente que la ideología de género es una antropología radicalmente opuesta a la cristiana como acredita la literatura científica al respecto (cfr. por ejemplo las recientes obras de María Calvo y Jesús Trillo-Figueroa al respecto) y así lo han dicho reiteradamente los últimos Papas, tanto Benedicto XVI como Francisco. Y también es evidente que la agenda política de género es, junto al fundamentalismo islamista, la mayor amenaza a las libertades que existe hoy en el mundo occidental, pues ambas ideologías exigen que los poderes públicos hagan suya e impongan a todos la visión de la persona y la sexualidad de unos pocos acabando así con la libertad de pensamiento, ideológica y religiosa; pues es también evidente que en materia de sexualidad coexisten varias concepciones en nuestra sociedad y, si una se impone ex lege, quienes no la compartan se verán privados de su libertad de pensar y opinar.

Lo dicho por Cañizares es lo que se podía esperar de un obispo católico. Noticia relevante hubiera sido que hubiera dicho lo contrario, que hubiera afirmado que el ser humano no tiene sexo, sino que se crea a sí mismo en materia sexual definiendo autónomamente su «género» y que esa autodefinición es el único criterio relevante en materia sexual; que hubiera defendido que el único criterio moral en materia sexual es la autónoma libertad de autoconfiguración de cada individuo, que el hombre no es, sino que se hace. Si un cardenal hubiese hecho estas afirmaciones radicalmente contradictorias con la fe cristiana y propias de la ideología de género, entendería que los medios de comunicación se ocupasen del tema, pues sería una noticia relevante, como si Pablo Iglesias declarase que el capitalismo es el ideal y la supresión de impuestos y la desregulación del mercado laboral, su ideal político. Pero si Cañizares reafirma la visión de la sexualidad cristiana o Pablo Iglesias sus tópicos marxistas...no veo la noticia ni la novedad. Y, sin embargo, se ha desatado una ola de ataques e insultos desaforados a Cañizares acompañada de querellas y denuncias.

¿Por qué el ataque a Cañizares en los medios, en el Parlamento valenciano y las querellas o denuncias contra él? Porque tiene razón en lo que dice: algunos, los portavoces de la ideología de género y, en particular, el «lobby» autodenominado LGTBI quieren suprimir la libertad de pensamiento en materia de sexualidad en nuestra sociedad y aprovechan casos como éste para atacar, atemorizar y laminar a quienes tienen otra visión de la sexualidad y así imponer la suya propia como la única que se puede exponer y defender. Es el nuevo totalitarismo de género que amenaza nuestras libertades y empieza a concretarse jurídicamente en las leyes que van aprobando las CC AA que –bajo el título inocente de lucha contra la discriminación– imponen la ideología de género en todos los sectores de la vida pública, empresarial y en el sistema educativo con notorio desprecio a la libertad de pensamiento en materia de sexualidad.

Frente a este nuevo totalitarismo de género, afirmo que: Se puede opinar sobre la sexualidad y, por tanto, también sobre la homosexualidad como sobre la heterosexualidad. La visión de la sexualidad de los adalides del género se puede defender como la de los cristianos o los budistas, pero el Estado no debe hacer suya ni una ni otra, ni menos imponer una en concreto a todos.

Obligar a educar en clave de género en todas las escuelas a todos los escolares es totalitario y desconoce derechos humanos básicos, aunque lo aprueben por unanimidad los parlamentarios del PP, del PSOE, de Ciudadanos y de Podemos en algunas comunidades como Murcia o Madrid.

Defender la ética sexual tradicional cristiana es tan legítimo al menos como defender la de género; y los poderes públicos no pueden imponer ni la una ni la otra. Estas confrontaciones son el terreno propio de la libertad.

Convertir la fiesta del Orgullo Gay y la bandera arco iris en fiesta y bandera oficiales como hace la reciente ley de la Región de Murcia en la materia –¡con los votos a favor incluso del PP!– es manifestación de un asalto partidista al poder público como no veíamos desde los años 30 del siglo pasado.

Discrepar de los planteamientos de género no es ningún ataque a los homosexuales ni expresa odio a éstos, como discrepar del comunismo no es odiar a los pobres por mucho que los comunistas quieran presentarse como los únicos legítimos defensores de éstos.
Las opiniones sobre sexualidad son opiniones sobre la humanidad y pertenecen, por tanto, al terreno propio de las libertades de pensamiento, ideológica y religiosa y no a la esfera legítima de intervención de los poderes públicos en una sociedad democrática.

Identificar la discrepancia con las ideas de género sobre la sexualidad con delitos de odio a los homosexuales es una argucia de marketing propagandístico que tiene caracteres de trampa liberticida que no podemos consentir.

Yo estoy convencido de que la ideología de género es un inmenso error antropológico y tengo derecho a decirlo, como lo tiene Cañizares. Y por eso mismo me veo en la obligación de denunciar las leyes que se vienen aprobando últimamente en varias comunidades autónomas como leyes inaceptables de privilegios para los «lobbies» LGTBI defensores de la ideología de género en detrimento de las libertades de todos. Y, por eso, defiendo la libertad del cardenal Cañizares de opinar con libertad sobre la ideología de género y el «imperio» de los «lobbies» que la defienden. Y aclaro que no odio a los homosexuales, sino que me limito a oponerme –usando mi libertad– a un «lobby» y a una ideología defendidos por homosexuales y heterosexuales, como hay homosexuales que no defienden ni a ese «lobby» ni a esa ideología. Ésta no es una disputa entre homosexuales y heterosexuales, sino una disputa entre distintas concepciones sobre la sexualidad.

Cuando en una democracia hay un debate ideológico y político legítimo y uno de los bandos quiere ilegalizar al otro y prohibirle expresarse como intenta hoy el «lobby» LGTBI en España con los que discrepan de él, la democracia está en peligro. Y cuando esos mismos logran que las leyes y las instituciones públicas hagan suya su ideología, sus símbolos y sus fiestas como empieza a suceder hoy ya en España, la libertad empieza a decrecer peligrosamente en un plano deslizante que da miedo según nos enseñan fenómenos semejantes en la historia, pues así empiezan todas las dictaduras fundamentalistas: confundiendo a una parte con el todo hasta la anulación de la otra parte con un amplio abanico de fórmulas que van desde la negación de los derechos civiles hasta el exterminio.

La mejor manera de defender la libertad es ejerciéndola. Por eso: gracias, Cañizares, por hablar claro.


martes, 10 de mayo de 2016

¿FRANCISCO VA A CAUSAR UN CISMA CON “ AMORIS LAETITIA”? ¡NO!


Aleteia/03.05.2016

El filosofo mexicano Rodrigo Guerra responde a la durísima acusación del filósofo alemán Robert Spaemann contra el Papa

El pasado 28 de abril, Robert Spaemann, calificado como uno de los filósofos católicos más importantes del mundo, concedió una entrevista en alemán a la Catholic News Agency sobre la reciente Exhortación Apostólica postsinodal del Papa Francisco: Amoris laetitia el pasado 28 de abril.

En ella, el académico berlinés –filósofo cercanísimo a san Juan Pablo II y amigo de Benedicto XVI– sostiene que Francisco ha roto con la doctrina del propio san Juan Pablo II expresada en las encíclicas Veritatis splendor y Familiaris consortio.

Así mismo, plantea, en una premisa temeraria y muy seria para los tiempos que corren en la Iglesia, que el Papa abre la puerta a un cisma. Por ello, hemos planteado una serie de preguntas al filósofo mexicano Rodrigo Guerra, quien conoce al profesor Spaemann y coincide con muchas otras valoraciones en calificarlo como un gran filósofo católico, y un hombre, en muchos sentidos, extraordinario, pero cree que en este caso está equivocado en su juicio.

El profesor Spaemann sostiene que el parágrafo 305 de “Amoris laetitia” y la nota 351 son incompatibles con el número 84 de “Familiaris consortio” ¿cuál es su opinión?

Oponer la enseñanza de Francisco con la de Juan Pablo II es un error. Francisco claramente señala que una persona que viva en una situación objetiva de pecado pero que no sea subjetivamente culpable, eventualmente puede acercarse a los sacramentos. Esto no es ninguna novedad. Es doctrina constante que no basta la materia grave para constituir un pecado mortal. Es preciso el pleno conocimiento y el pleno consentimiento.

En otras palabras, Francisco sostiene la doctrina respecto de la imposibilidad de acercarse a la Eucaristía si una persona está en verdadero pecado mortal. La cuestión que requiere discernimiento paciente es precisamente si existe o no pecado mortal propiamente dicho en cada situación irregular.

¿Los divorciados vueltos a casar pueden acercarse a la Eucaristía conforme a lo que enseña el Papa Francisco?

La expresión “divorciados vueltos a casar” es muy amplia y abraza un sinnúmero de situaciones particulares. En algunos casos, previo discernimiento, acompañamiento pastoral y confesión sacramental, podrán hacerlo. Francisco también nos dice que en algunas ocasiones no encontrarán una respuesta conforme a sus deseos. Lo importante, dice es entender la via caritatis: sólo hay camino en el amor.

Comprender las situaciones difíciles nunca implica negar la verdad que anuncia la vida evangélica. Pero, al mismo tiempo, el anuncio de la verdad es preciso que encuentre caminos llenos de amor y compasión. Cuando la verdad se afirma sin caridad, destruye. Y cuando la caridad se afirma sin verdad, confunde.

Spaemann insinúa que Francisco no acoge la condena a la ética de situación realizada por san Juan Pablo II en “Veritatis splendor” y que se inscribe en una corriente jesuítica situacionista que proviene del siglo XVII. ¿Es esto cierto?

Este es un grave error que solo puede ser afirmado por ignorancia o por prejuicio. No hay “moral de situación” en Francisco. Lo que existe son situaciones y circunstancias que hay que comprender bien antes de juzgar. Sólo de esta manera se puede, entre otras cosas, descubrir el grado de imputabilidad del acto realizado.

También dice: “quisiera que el Papa me dijera después de cuánto tiempo y bajo qué circunstancias un comportamiento objetivamente pecaminoso se convierte en una conducta agradable a Dios.” ¿Qué opina usted?

El 29 de abril el Papa Francisco ha dicho que un cristiano no debe andar entre tinieblas, porque allí no está la verdad de Dios, pero si cae, puede contar con el perdón y la dulzura de Dios, que lo devuelve a la vida de la Luz. Así mismo, en la propia Amoris laetitia dice con gran fuerza que cualquier forma de relativismo sería una falta de fidelidad al evangelio.

¿”Amoris laetitia” coloca a la Iglesia en un riesgo de cisma?

El cisma surge cuando se fractura la comunión. La comunión con el Sucesor de Pedro se basa en la fe, es decir, en la certeza de que Cristo no abandona ni a Francisco ni a su Iglesia. El Concilio Vaticano II nos enseña que el Papa es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad en la Iglesia. Posee potestad plena, suprema y universal. Sólo hay cismas visibles o encubiertos cuando al interior del corazón dejamos crecer nuestra propia vanidad y soberbia. Los “académicos” e “intelectuales” somos especialistas en este tipo de vicios pero estamos llamados a superarlos si nos dejamos acompañar y educar.

¿Qué mensaje le compartiría al profesor Spaemann y a quienes simpatizan con sus cuestionamientos?

La desproporción intelectual entre el profesor Spaemann y su servidor es inmensa. Lo único que me atrevo a decir con afecto pero con verdad es que María abrazó el anuncio del Ángel no porque todas sus dudas se hubieran despejado. Lo decisivo fue que Ella había sido como dispuesta por dentro desde antes. Su corazón, lleno de libertad, ¡lleno de gracia! y sin arrogancia, estaba disponible a acoger con fe la palabra del mensajero de Dios.

Y, por último, ¿no es legítimo tener discrepancias con el Papa?

Es legítimo tener discrepancias con Francisco en tal o cual afirmación. Por ello, se debe buscar resolver las dudas, con humildad, con paciencia, y sin creerse ya poseedor de la verdad. El camino puede ser lento, pero el fruto sobrenatural será grande. Lo que me parece gravemente imprudente es hacer una declaración pública que cuestiona la autoridad del legítimo sucesor de Pedro y que convoca abiertamente a una actitud de resistencia en la que “cada obispo y sacerdote” deba “defender” una enseñanza distinta a la que nos regala Amoris laetitia, tal y como hace el profesor Spaemann en la entrevista recién publicada.

Bueno, y algo más: este debate se da en el marco del Año de la Misericordia…

Para mí es motivo de una profunda reflexión. Justo en el momento en que Dios nos regala gracias especiales para el perdón, el reencuentro y la comunión existe como una sutil subversión revestida de una aparente “ortodoxia” que busca boicotear aquí y allá el que todos podamos reconocernos pecadores, reconciliarnos y acogernos a la misericordia de Dios. Esto es un misterio.


Por otra parte, respondo a esta entrevista el día 29 de abril, fiesta de Santa Catalina de Siena. Ella en algún momento en el que los cardenales criticaban duramente al Papa Gregorio XI se dirige a él a través de diversas cartas con palabras que tal vez sean hoy oportunas: “Valor, Padre mío. Sed hombre. Os digo que nada tenéis que temer… No seáis un niño tímido. Sed hombre, y tomad como dulce lo que es amargo… Obrad virilmente, que Dios está de vuestra parte. Ocupaos en ello sin ningún temor; y por más que veáis fatigas y tribulaciones, no temáis, confortaos con Cristo, dulce Jesús… Que entre las espinas nace la rosa, y entre muchas persecuciones brota la reforma de la Iglesia”.

martes, 26 de abril de 2016

ME HAN DICHO SIEMPRE QUE TU NO EXISTES...



Testimonio de un joven soldado ruso, Aleksander Zacepa,  que cuando murió en la II Guerra Mundial encontraron una preciosa oración en el bolsillo de su chaqueta.

¡Escucha, oh Dios! En mi vida no he hablado ni una sola vez contigo,
pero hoy me vienen ganas de hacer fiesta.
Desde pequeño me han dicho siempre que Tú no existes...
Y yo, como un idiota, lo he creído.
Nunca he contemplado tus obras,
pero esta noche he visto desde el cráter de una granada el cielo lleno de estrellas
y he quedado fascinado por su resplandor.
En ese instante he comprendido qué terrible es el engaño...
No sé, oh Dios, si me darás tu mano,
pero te digo que Tú me entiendes...
¿No es algo raro que en medio de un espantoso infierno
se me haya aparecido la luz y te haya descubierto?
No tengo nada más que decirte.
Me siento feliz, pues te he conocido.
A medianoche tenemos que atacar,
pero no tengo miedo,
Tú nos ves.

¡Han dado la señal!
Me tengo que ir.
¡Qué bien se estaba contigo!
Quiero decirte, y Tú lo sabes, que la batalla será dura:
quizá esta noche vaya a tocar a tu puerta.
Y si bien hasta ahora no he sido tu amigo, cuando vaya,
¿me dejarás entrar?
Pero, ¿qué me pasa? ¿Lloro?
Dios mío, mira lo que me ha pasado.
Sólo ahora he comenzado a ver con claridad...
Dios mío, me voy... Será difícil regresar.
Qué raro, ahora la muerte no me da miedo".

miércoles, 20 de abril de 2016

MILAGRO EUCARÍSTICO EN POLONIA APROBADO POR OBISPO


A veces una supuesta “hostia sangrante” no demuestra ser más que moho rojo del pan, después de ser debidamente examinada. Pero hay veces en las que al poner una “hostia sangrante” bajo el microscopio y tras someterla a diferentes pruebas, se descubre que es tejido cardiaco humano.

En 2013, en Polonia, se demostró que una hostia sangrante era precisamente eso, según anunciaba ayer 17 de abril el obispo Zbigniew Kiernikowski, de la diócesis de Legnica:
“El 25 de diciembre de 2013, durante la distribución de la Sagrada Comunión, una hostia consagrada cayó al suelo y luego fue recogida y depositada en un recipiente lleno de agua (vasculum). Poco después, aparecieron manchas de color rojo. El antiguo obispo de Legnica, Stefan Cichy, estableció una comisión para observar el fenómeno. En febrero de 2014, se separó un pequeño fragmento rojo de la hostia y fue depositado en un corporal. La Comisión ordenó la extracción de muestras para conducir análisis rigurosos por institutos de investigación relevantes.
En el anuncio final del Departamento de Medicina Forense, se lee lo siguiente:
En la imagen histopatológica, se ha descubierto que los fragmentos de tejido contienen partes fragmentadas de músculo estriado transversal. (…) El conjunto (…) se asemeja en gran medida al músculo cardiaco con las alteraciones que aparecen frecuentemente durante la agonía. Los estudios genéticos indican el origen humano del tejido
En enero de este año presenté la cuestión al completo a la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano. Hoy, según recomendaciones de la Santa Sede, ordené al vicario parroquial Andrzej Ziombro que preparara un lugar adecuado para la exposición de la reliquia, de forma que los fieles pudieran manifestar su adoración de forma apropiada”.


martes, 19 de abril de 2016

UNA LLAMADA, UN CAMBIO RADICAL Y… ¿LA MUERTE EN UN TERREMOTO?


El relato de la vocación de la joven religiosa Clare Crockett adquiere una nueva dimensión tras el hallazgo de su cuerpo sin vida entre escombros en Ecuador
18 ABRIL, 2016. ALETEIA

La hermana Clare Crockett fue encontrada sin vida entre escombros junto a otras cinco postulantes de las Siervas del Hogar de la Madre en Ecuador tras el terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter que afectó el país el pasado sábado. Llevaba 15 años entregada a Dios. Entró a la congregación con 18 años y el nombre como religiosa que eligió fue Clare María de la Trinidad y del Corazón de María.Su comunidad la recuerda como una “hermana generosísima con un don de simpatía muy especial y con un carisma único para tratar con niños y jóvenes”.

Ella misma fue la encargada de escribir el siguiente resumen de su vocación:
“Nací en una familia católica. Soy de una pequeña parcela del mundo que se llama Derry, en el norte de Irlanda. Cuando yo era pequeña, era un sitio donde los términos “católico” y “protestante” eran solamente políticos. Nacer en una familia católica no significaba necesariamente que ibas a Misa o tenías una formación en la fe católica. Los católicos, que querían una Irlanda unida, mataban a los protestantes y los protestantes, que no querían una Irlanda unida, mataban a los católicos. Para mí, eso es lo que significaba ser católica. Dios no tenía ningún papel en mi vida. En una sociedad donde prevalecía el odio, no había sitio para Dios.

Desde que era pequeña, quería ser actriz. Hacia los 15 años entré en una compañía de teatro y tenía un “manager”. Presentaba algunos programas de televisión, escribía teatros, hacía muchas actuaciones, ganaba premios y a los dieciocho años hice un pequeño papel en una película.

Me gustaba la fiesta. Desde los dieciséis o diecisiete años mis fines de semana consistían en emborracharme con mis amigos. Gastaba todo mi dinero en alcohol y cigarrillos. Un día, una de mis amigas me llamó: “Clare, -me dijo- ¿quieres ir a España gratis?“. “¡Un viaje gratis a España!” -pensé-, diez días de fiesta en España con sol. ¡Por supuesto que quería ir! Me dijo que todos los que iban se reunirían en una casa la semana siguiente.

Llegó el día y fui a la casa donde iban a estar mis amigos y entré en una habitación con gente de 40 y 50 años, todos con rosarios en las manos.

“¿Van a España?” -les pregunté-, casi con miedo de oír la respuesta que iban a dar con todo entusiasmo tres segundos después: “Sí, vamos a la peregrinación“.

Sí, queridos amigos, íbamos de peregrinación durante diez días. Intenté escaparme, pero mi nombre ya estaba en el billete y no hubo más remedio, tuve que ir. Ahora veo que fue la manera que usó la Virgen para traerme a casa, a su hogar, al de su Hijo.
La peregrinación fue durante la Semana Santa en un monasterio del siglo XVI. No era, ciertamente, lo que yo había imaginado cuando pensé en ir a España. Este encuentro de Semana Santa era con un grupo que se llamaba Hogar de la Madre y yo no quería estar allí.

Sin embargo, fue durante esta peregrinación cuando el Señor me dio la gracia de ver cómo Él había muerto por mí en la cruz. Después de recibir esta gracia, sabía que tenía que cambiar: “Si Él ha hecho esto por mí, ¿qué voy a hacer yo por Él?”.

Es tan fácil durante un retiro o cuando “sientes” el amor de Dios decirle: “Haré todo lo que me pidas”… Pero cuando “bajas del monte” no es tan fácil.

Las hermanas me invitaron a ir con ellas y otras chicas de peregrinación a Italia unos meses después.

Me fui, y a pesar de la actitud superficial durante la peregrinación, el Señor me habló muy claro. Quería que yo viviese en pobreza, castidad y obediencia como las hermanas.

Automáticamente le dije que me era imposible. “¡No puedo ser monja!”, dije, “No puedo dejar de beber, de fumar, de salir de fiesta, mi carrera, mi familia.”

Si Jesús nos pide que hagamos algo siempre nos da la fuerza y la gracia para hacerlo. Sin su ayuda nunca podría haber hecho lo que tuve que hacer para responder a su llamada y seguirle.

Después de saber que me llamaba, el Señor me dio otra gracia cuando estaba grabando la película en Inglaterra. Yo veía que aunque parecía que tenía todo, en realidad no tenía nada.

Me sentaba en la cama de la habitación del hotel y sentía un gran vacío. Estaba consiguiendo todo lo que siempre había deseado y no era feliz. Sabía que solamente haciendo lo que Dios quería para mí sería realmente feliz.El Señor me mostró cuánto hería a su Sagrado Corazón mi estilo de vida alocado. Sabía que tenía que dejar todo y seguirle. Sabía con gran claridad que me pedía confiar en Él, poner mi vida en sus manos y tener fe.

Ahora estoy felizmente consagrada en las Siervas del Hogar de la Madre.Nunca me deja de impresionar cómo el Señor trabaja en las almas, cómo puede transformar totalmente la vida de uno y conquistar su corazón. Agradezco al Señor la paciencia que ha tenido y que sigue teniendo conmigo.


No le pregunto por qué me ha elegido, simplemente acepto el que lo haya hecho. Dependo completamente de Él y de la Virgen María y les pido que me den la gracia de ser lo que quieren que sea”.

sábado, 16 de abril de 2016

PAUTAS PARA UN BUEN DIÁLOGO CON LOS HIJOS


Sugerencias de Victoria Cardona Romeo, educadora familiar y autora de libros como “Un extraño en casa”, para padres que quieren tener un diálogo constructivo con sus hijos.


1. Saber escuchar. Ir con la sencillez de quien quiere ayudar, nunca imponer.

2. No interrumpir y tener paciencia. Esto vale para todas las edades, desde el hijo o hija que casi no sabe hablar, pero nos quiere pedir algo hasta el adolescente que nos quiere explicar un problema o una alegría y lo hace de una forma acalorada. Por ejemplo, nos están explicando una cosa y nosotros nos preocupamos más de la forma gramatical que están empleando que del contenido de lo que nos explica y de los sentimientos del hijo; mal haríamos sí corrigiéramos la gramática a media explicación porque quizás «cortaríamos» la espontaneidad.

3. Cuidar el lenguaje no verbal. La mirada y el gesto ocupan un papel primordial. Mirar a los ojos de nuestro hijo y aprobar afirmativamente con el gesto para animar y demostrar que nos interesa lo que nos dice; con la mirada de los padres se puede demostrar interés y afecto y descubrir, en la de los hijos, todo su estado de ánimo. Mirada y gesto establecen la complicidad de la amistad y de la confianza mutua.

4. Saber preguntar. Conviene hacer una pregunta de manera positiva para asegurarnos de que nos enteramos y entendemos lo que nos dicen; también sirve preguntar para captar el nivel que tienen de entendimiento del tema que sea y, por lo tanto, adelantar informaciones sobre sexualidad, diversiones, adicciones a juegos, «chats», Internet... aprovechando los momentos de ocio y tranquilidad para tener estas conversaciones y dar información y criterios a seguir.

5. No mirar el reloj. Para los hijos es muy importante que demostremos un interés real por sus cosas; tenemos buenos momentos para comunicarnos sí los sabemos aprovechar aunque la experiencia nos diga, que el «momento» del hijo quizás no coincide con el nuestro, pero la atención a las personas de nuestra familia es siempre nuestra primera y amable responsabilidad.

6. Vivir la discreción. Muchos hijos adolescentes se quejan de que los padres cuentan a los demás las cosas íntimas que les han confiado. Seguro que los padres no actuamos con mala intención al hacerlo, se puede hacer o para vanagloriarse o para quejarse pero se comprende que es un defecto que indica poca comprensión y respeto para los sentimientos de los hijos.

7. Escuchar no es oír. Escuchar significa esforzarse para comprender lo que se nos dice sin interrupciones.

8. Conviene saber callar para no invadir los espacios de intimidad de nuestro adolescente y darle tiempo a reflexionar.

9. No ser pesados ni insistentes. Expresarse con palabras claras, precisas y concretas.

10. Hemos de crear vivencias compartidas. Un diálogo nunca es un monólogo.

11. En la mesa tenemos la oportunidad de poner en práctica muchos valores: apertura, respeto, espíritu de servicio, moderación o generosidad.

12. Vivir en la misma casa no supone necesariamente un intercambio comunicativo real, y no es condición suficiente para construir una relación.

13. Ingeniárselas para mantener una buena comunicación con nuestros hijos gracias a preguntas abiertas y afables.

14 Buscar espacios agradables no sólo para comunicarse óptimamente con los hijos, sino también entre el matrimonio, con la intención de renovar el amor e ir de acuerdo en los objetivos educativos.

domingo, 10 de abril de 2016

LA SONRISA DE DIOS


En la novela “EL IDIOTA” de  Dostoiewski, el escritor describe una escena que refleja una realidad sobrenatural. Una mujer del pueblo tiene en brazos a su hijo de pocas semanas. De repente el niño –por primera vez, dice ella- le sonríe. Emocionada, la madre hace el signo de la cruz. A quien le pregunta el porqué de aquel gesto le responde: «De igual manera que una madre es feliz cuando nota la primera sonrisa de su hijo, así se alegra Dios cada vez que un pecador se arrodilla y le dirige una oración con todo el corazón»

sábado, 9 de abril de 2016

RESUMEN DE LA EXHORTACIÓN 'AMORIS LAETITIA'



La exhortación 'Amoris laetitia' se subdivide en nueve capítulos y tiene 325 párrafos. Se abre con siete párrafos introductivos que ponen en plena luz la conciencia de la complejidad del tema y la profundización que requiere.
En las primeras líneas el Papa escribe que “no todas las discusiones doctrinales, morales o pastorales deben ser resueltas con intervenciones del magisterio”. Por lo tanto, para algunas cuestiones “en cada país o región se deben buscar soluciones más inculturadas, atentas a la tradiciones y a los desafíos locales”.
El Papa afirma con claridad que es necesario salir de la estéril contraposición entre la ansiedad de cambio y la aplicación pura y simple de normas abstractas. Escribe: “los debates que se dan en los medios de comunicación, en las publicaciones y aún entre ministros de la Iglesia, van desde un deseo desenfrenado de cambiar todo sin suficiente reflexión, hasta la actitud de pretender resolver todo aplicando normativas generales o extrayendo conclusiones excesivas de algunas reflexiones teológicas”.

Capítulo primero: “A la luz de la Palabra”
La Biblia, escribe, “está poblada de familias, de generaciones, de historias de amor y de crisis familiares”. Y a partir de este dato se puede meditar cómo la familia no es un ideal abstracto sino un “trabajo ‘artesanal’ que se expresa con ternura pero que se ha confrontado también con el pecado desde el inicio, cuando la relación de amor se transforma en dominio.
Entonces la Palabra de Dios “no se muestra como un secuencia de tesis abstractas, sino como una compañera de viaje también para las familias que están en crisis o en medio de algún dolor, y les muestra la meta del camino”.

Capítulo segundo: “La realidad y los desafíos de la familia”
Citando la Familiaris Consortio Francisco afirma que es fundamental prestar atención a la realidad concreta, porque “las exigencias y llamadas del Espíritu resuenan también en los acontecimientos mismos de la historia”.
El Papa nota que el individualismo exagerado hace difícil hoy la entrega a otra persona de manera generosa: “Se teme la soledad, se desea un espacio de protección y de fidelidad, pero al mismo tiempo crece el temor de ser atrapado por una relación que pueda postergar el logro de las aspiraciones personales”.
Por eso la humildad del realismo ayuda a no presentar “un ideal teológico del matrimonio demasiado abstracto, casi artificialmente construido, lejano de la situación concreta y de las posibilidades efectivas de las familias reales”.
Las familias no se sostienen “solamente insistiendo sobre cuestiones doctrinales, bioéticas y morales, sin motivar la apertura a la gracia”.
El Papa insiste que es necesario dar espacio a la formación de la conciencia de los fieles: “Estamos llamado a formar las conciencias no a pretender sustituirlas”. Jesús proponía un ideal exigente pero “no perdía jamás la cercana compasión con las personas más frágiles como la samaritana o la mujer adúltera”.

Capítulo tercero: “La mirada puesta en Jesús: la vocación de la familia”
El tercer capítulo está dedicado a algunos elementos esenciales de la enseñanza de la Iglesia acerca del matrimonio y la familia.
La mirada es amplia e incluye también las “situaciones imperfectas”. Y asegura que fuera del verdadero matrimonio natural también hay elementos positivos presentes en las formas matrimoniales de otras tradiciones religiosas, aunque tampoco falten las sombras”.
La reflexión incluye también a las “familias heridas” frente a las cuales el Papa afirma: “siempre es necesario recordar un principio general: Sepan los pastores que, por amor a la verdad, están obligados a discernir bien las situaciones”. Por lo tanto, al mismo tiempo que la doctrina debe expresarse con claridad, hay que evitar los juicios que no toman en cuenta la complejidad de las diversas situaciones, y hay que estar atentos al modo en que las personas viven y sufren a causa de su condición”.

Capítulo cuatro: “El amor en el matrimonio”
Trata del amor en el matrimonio, y lo ilustra a partir del “himno al amor” de san Pablo.
Entra en el mundo de las emociones de los cónyuges –positivas y negativas- y en la dimensión erótica del amor. Se trata de una contribución extremamente rica y preciosa para la vida cristiana de los cónyuges, que no tiene hasta ahora parangón en precedentes documentos papales.
El Papa insiste de manera fuerte y decidida sobre el hecho de que “en la naturaleza misma del amor conyugal está la apertura a lo definitivo”.
“Una combinación de alegrías y de fatigas, de tensiones y de reposo, de sufrimientos y de liberación, de satisfacciones y de búsquedas, de fastidios y de placeres” es, precisamente, el matrimonio.
El capítulo se concluye con una reflexión muy importante sobre la “transformación del amor”. “No podemos prometernos tener los mismos sentimientos durante toda la vida. En cambio, sí podemos tener un proyecto común estable, comprometernos a amarnos y a vivir unidos hasta que la muerte nos separe, y vivir siempre una rica intimidad”.

Capitulo quinto: “El amor que se vuelve fecundo”
Habla de recibir una vida nueva. Del amor de padre y de madre, pero también primos, parientes e incluso amigos.
Habla de adopción y de la ‘cultura del encuentro’. De la vida en familia incluyendo tíos, primos, parientes e incluso amigos. Y afirma que sacramento del matrimonio tiene un profundo carácter social.

Capítulo sexto: “Algunas perspectivas pastorales”
El Papa afronta algunas vías pastorales que orientan para construir familias sólidas y fecundas según el plan de Dios.
El Papa habla de guiar a los novios, acompañar a los esposos. Pero añade que no se les puede abandonar en las crisis, sabiendo que “cada crisis esconde una buena noticia que hay que saber escuchar afinando el oído del corazón”.
Habla también del acompañamiento de las personas abandonadas, separadas y divorciadas, y subraya la importancia de la reciente reforma de los procedimientos para el reconocimiento de los casos de nulidad matrimonial.
Se tocan después las situaciones de matrimonios mixtos y de aquellos con disparidad de culto, y las situaciones de las familias que tienen en su interior personas con tendencia homosexual, confirmando el respeto en relación a ellos y el rechazo de toda injusta discriminación y de toda forma de agresión o violencia.

Capítulo séptimo: “Reforzar la educación de los hijos”
Esta todo dedicado a la educación de los hijos: su formación ética, el valor de la sanción como estímulo, el paciente realismo, la educación sexual, la transmisión de la fe, y más en general, la vida familiar como contexto educativo.
Francisco afirma claramente que “la obsesión no es educativa, y no se puede tener un control de todas las situaciones por las que podría llegar a pasar un hijo (…) Si un padre está obsesionado por saber dónde está su hijo y por controlar todos sus movimientos, sólo buscará dominar su espacio. De ese modo no lo educará, no lo fortalecerá, no lo preparará para enfrentar los desafíos. Lo que interesa sobre todo es generar en el hijo, con mucho amor, procesos de maduración de su libertad, de capacitación, de crecimiento integral, de cultivo de la auténtica autonomía”.
Incluye este capítulo unas reflexiones bajo el título “Sí a la educación sexual”.
Y afirma que debe realizarse “en el cuadro de una educación al amor, a la recíproca donación”. Y pone en guardia sobre la expresión “sexo seguro”, porque transmite “una actitud negativa hacia la finalidad procreativa natural de la sexualidad, como si un posible hijo fuera un enemigo del cual hay que protegerse.

Capítulo octavo: “Acompañar, discernir e integrar la fragilidad”
Es probablemente el capítulo más delicado. Confirma qué es el matrimonio cristiano, pero añade que “otras formas de unión contradicen radicalmente este ideal. Y no deja de valorar los elementos constructivos en aquellas situaciones que no corresponden a su enseñanza sobre el matrimonio”.
El Papa observa que “hay que evitar los juicios que no toman en cuenta la complejidad de las diversas situaciones, y es necesario estar atentos al modo en que las personas viven y sufren a causa de su condición”. Y continúa: “Se trata de integrar a todos, se debe ayudar a cada uno a encontrar su propia manera de participar en la comunidad eclesial, para que se sienta objeto de misericordia. Y añade: “Los divorciados en nueva unión, por ejemplo, pueden encontrarse en situaciones muy diferentes, que no han de ser catalogadas o encerradas en afirmaciones demasiado rígidas sin dejar lugar a un adecuado discernimiento personal y pastoral”.
El Papa afirma que “los bautizados que se han divorciado y se han vuelto a casar civilmente deben ser más integrados en la comunidad cristiana en las diversas formas posibles, evitando cualquier ocasión de escándalo”. “Su participación puede expresarse en diferentes servicios eclesiales (…) Ellos no sólo no tienen que sentirse excomulgados, sino que pueden vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia (…) Esta integración es también necesaria para el cuidado y la educación cristiana de sus hijos, que deben ser considerados los más importantes”.
“Comprender las situaciones excepcionales nunca implica ocultar la luz del ideal más pleno ni proponer menos que lo que Jesús ofrece al ser humano. Hoy, más importante que una pastoral de los fracasos es el esfuerzo pastoral para consolidar los matrimonios y así prevenir las rupturas”.
Invito a los fieles que están viviendo situaciones complejas, a que se acerquen con confianza a conversar con sus pastores o con laicos que viven entregados al Señor. No siempre encontrarán en ellos una confirmación de sus propias ideas o deseos, pero seguramente recibirán una luz que les permita comprender mejor lo que les sucede y podrán descubrir un camino de maduración personal.
E invito a los pastores a escuchar con afecto y serenidad, con el deseo sincero de entrar en el corazón del drama de las personas y de comprender su punto de vista, para ayudarles a vivir mejor y a reconocer su propio lugar en la Iglesia”.
“A veces ponemos tantas condiciones a la misericordia que la vaciamos de sentido concreto y de significación real, y esa es la peor manera de licuar el Evangelio”.

Capítulo noveno: “Espiritualidad conyugal y familiar”
El último capítulo está dedicado a la espiritualidad conyugal y familiar, “hecha de miles de gestos reales y concretos”.
Todo, “los momentos de gozo, el descanso o la fiesta, y aun la sexualidad, se experimentan como una participación en la vida plena de su Resurrección”.

“Toda la vida de la familia es un “pastoreo” misericordioso. Cada uno, con cuidado, pinta y escribe en la vida del otro”, escribe el Papa. Es una honda “experiencia espiritual contemplar a cada ser querido con los ojos de Dios y reconocer a Cristo en él”.

viernes, 8 de abril de 2016

EL DECÁLOGO DEL PEREZOSO


1. Se nace cansado y se vive para descansar.

2. Ama a tu cama como a ti mismo
.

3. Si ves a alguien descansando, ¡ayuda!.

4. Descansa de día para que puedas dormir de noche
.

5. El trabajo es sagrado, no lo toques.

6. Aquello que puedas hacer mañana, no lo hagas hoy.

7. Trabaja lo menos que puedas, lo que tengas que hacer que lo haga otro.

8. Aquello que puedas hacer mañana, no lo hagas hoy.

9. ¡Calma! Nunca nadie se murió por descansar.

10. Cuando sientas deseos de trabajar, siéntate y espera que se te pase.

jueves, 7 de abril de 2016

CRISTIANOFOBIA


Este artículo, recientemente publicado en ABC, constata algo que estamos percibiendo cada vez más en España. Antonio Burgos sabe expresarlo muy bien. Pienso que este texto nos puede ayudar a reflexionar más sobre ese fenómeno que nos está invadiendo: la intolerancia ante la religión. No ante cualquier manifestación religiosa, sino sólo ante el cristianismo. 


ANTONIO BURGOS .  ABC 03/04/2016

Por lo visto la fe de los cristianos y la religiosidad popular de los españoles (que según el CIS se declaran creyentes y católicos en un 70 por ciento) tienen que ser para algunos tan peligrosos como las radiaciones nucleares. ¿Se acuerdan cuando crearon la Red de Municipios Antinucleares, a la que se adhirieron los ayuntamientos de muchos pueblos, que ponían letreros diciendo que entrábamos en un territorio libre de energía atómica, con lo de «Nucleares, no, gracias»? Pues los mismos andan ahora empeñados en la creación de una llamada Red de Municipios por un Estado Laico. Raro es el día que, con aprobación o sin ella, en algún pleno municipal, de pueblo o de capital, se presenta una moción para que sea declarado Ayuntamiento Laico, iniciativa movida por los que habitualmente, en vez de afrontar los problemas reales de «la gente» como ellos dicen, se dedican a cuestiones tan antañonas y rancias como el anticlericalismo o la mofa de los símbolos católicos. Puro siglo XIX. Pura Desamortización. Pura portada de «La Traca». Si por ellos fuera, volvían a expulsar a los jesuitas. Es lo que parece que les pide el cuerpo, poner a la entrada del pueblo: «¿Iglesias? Ni Pablo; gracias.»

En la ciudad de Sevilla, que entre sus títulos lleva el de «Mariana» por iniciativa de la torera cofradía de San Bernardo, fue rechazada una moción laicista de este tenor. En buen sitio fueron a poner la era los de la Red de Municipios Laicos, que la tienden allá donde estén aunque sea con sólo dos escaños municipales, a ver qué pescan de los bajos fondos de los que ignoran la labor asistencial de la Iglesia y de Cáritas, y miran para otro lado cuando pasan ante los comedores sociales de las Hermanas de San Vicente Paúl o se acercan dos hermanas de la Cruz, de las de Sor Angela, que vienen de cuidar durante toda la noche a un enfermo abandonado por el Estado del Bienestar que tanto malestar causa a los que llaman «dependientes» y que toda la vida de Dios han sido los «impedidos», como los que hoy recibirán en sus casas nada menos que a Su Divina Majestad, llevada solemne y procesionalmente por las hermandades sacramentales para el viejo rito del cumplimiento de la Pascua Florida.

¿Qué le pasa a esta gente con la Iglesia, con el cristianismo, con el catolicismo sociológica y estadísticamente mayoritario entre los españoles? ¿Por qué defienden con tanto ahínco a todos los condenados por burla y escarnio a la religión, a las tetarras asaltacapillas, a los que se mofan de la Semana Santa llevando en andas repugnantes efigies de órganos sexuales femeninos tamaño Lata de Sopa Campbell de Andy Warhol, sin que las feministas profesionales, por cierto, protesten porque no sea un buen ca...rácter tamaño Dinio el que saquen los muy machistas en procesión?

Todos estos laicistas se saltan a la torera el artículo 16 de la Constitución. Y No Passssa Nada. Les importa un bledo que se garantice «la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades». Les importa un pimiento (naturalmente del piquillo) que «los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones». Ellos por su cuenta han borrado lo de la Iglesia Católica y han dejado a las «demás confesiones», especialmente la musulmana, en el Estado Aconfesional que quieren Laico. Aconfesional es el Estado, pero España es mayoritariamente católica. Así que no sé a qué viene tanto empeño en esa Red de Ayuntamientos Laicos. Bueno, sí lo sé, pero a ellos no les interesa decirlo. No se trata de aconfesionalidad ni de laicismo. Se trata simplemente de cristianofobia, de odio a la religión católica como símbolo de España. Porque mira cómo no dicen ni palabra sobre las mezquitas, ni que les molesten los burkas en forma de pañuelo. O sobre la regulación de la enseñanza musulmana en las escuelas que acaba de hacer el PP sin que estos laicistas del trasmallo de la red digan ni pío. Será porque lo de Pío les suena a nombre de Papa.

martes, 5 de abril de 2016

UN SOCIALISTA QUE QUISO QUE SU HIJO CONOCIERA LA APORTACION DEL CRISTIANISMO A LA CULTURA OCCIDENTAL

¿Es necesaria la asignatura de “Religión Católica” en el curriculum académico del niño o del joven? ¿No se estaría adoctrinando en las escuelas si admitiéramos esta asignatura?. ¿No sería mejor que esta materia se impartiera en  las parroquias?. Son preguntas que a veces nos han hecho, y que incluso muchos cristianos, que intentan ser coherentes con su fe, se hacen.
La asignatura de “Religión y moral católicas” no pretende impartir “catequesis”  en la escuela, sino establecer un diálogo entre la fe y la cultura, o mejor, intentar que el joven  comprenda mejor el mundo que le rodea, -donde tantas realidades cristianas impregnan sus tradiciones, arquitectura, pintura, escultura, música, historia-,  de tal modo que si se omitiera esta asignatura se engendraría un gran vacío de conocimientos en aquel que se está formando.
Esto lo captó perfectamente Jean Jaurès (1859-1914),  diputado socialista francés, que fundó el periódico  L'Humanité en 1904. He querido reproducir una carta que él escribió a su hijo donde le da razones para cursar la asignatura de religión en la escuela.

CARTA DEL SOCIALISTA JEAN JAURÈS (1859-1914) A SU HIJO PUBLICADA EN «L’ HUMANITÉ» EN 1919

"Querido hijo, me pides un justificante que te exima de cursar la religión, un poco por tener la gloria de proceder de distinta manera que la mayor parte de los condiscípulos, y temo que también un poco para parecer digno hijo de un hombre que no tiene convicciones religiosas. Este justificante querido hijo no te lo envío ni te lo enviaré jamás.

No es porque desee que seas clerical, a pesar de que no hay en esto ningún peligro ni lo hay tampoco en que profeses las creencias que te expondrá el profesor. Cuando tengas la edad suficiente para juzgar, serás completamente libre; pero, tengo empeño decidido, en que tu instrucción y tu educación sean completas y no lo serán sin un estudio serio de la religión. Te parecerá extraño este lenguaje después de haber oído tan bellas declaraciones sobre esta cuestión hijo mío, declaraciones buenas para arrastrar a algunos pero que están en pugna con el más elemental buen sentido. ¿Cómo sería completa tu instrucción sin un conocimiento suficiente de las cuestiones religiosas sobre las cuales todo el mundo discute? ¿Quisieras tú, por ignorancia voluntaria, no poder decir una palabra sobre estos asuntos sin exponerte a soltar un disparate?.

Dejemos a un lado la política y las discusiones y veamos lo que se refiere a los conocimientos indispensables que debe tener un hombre de cierta posición. Estudias mitología para comprender historia y la civilización de los griegos y de los romanos, y ¿qué comprenderías de la historia de Europa y del mundo entero después de Jesucristo, sin conocer la religión, que cambió la faz del mundo y produjo una nueva civilización?. En el arte, ¿qué serán para ti las obras maestras de la Edad Media y de los tiempos modernos, si no conoces el motivo que las ha inspirado y las ideas religiosas que ellas contienen?.

En las letras, ¿puedes dejar de conocer no sólo Bossuet, Fenelon, Lacordaire, De Maistre, Veuillot y tantos otros que se ocuparon exclusivamente en cuestiones religiosas, sino también a Corneille, Racine, Hugo, en una palabra a todos estos grandes maestros que debieron al cristianismo sus más bellas inspiraciones? Si se trata de derecho, de filosofía o de moral, ¿puedes ignorar la expresión más clara del Derecho Natural, la filosofía más extendida, la moral más sabia y más universal?. Éste es el pensamiento de Juan Jacobo Rousseau.

Hasta en las ciencias naturales y matemáticas encontrarás la religion: Pascal y Newton eran cristianos fervientes; Ampere era piadoso; Pasteur probaba la existencia de Dios y decía haber recobrado por la ciencia la fe de un bretón; Flammarion se entrega a fantasías teológicas.

¿Querrás tú condenarte a saltar páginas en todas tus lecturas y en todos tus estudios? Hay que confesarIo:  la religión está íntimamente unida a todas las manifestaciones de la inteligencia humana; es la base de la civilización y es ponerse fuera del mundo intelectual y condenarse a una manifiesta inferioridad el no querer conocer una ciencia que han estudiado y que poseen en nuestros días tantas inteligencias preclaras. Ya que hablo de educación: para ser un joven bien educado ¿es preciso conocer y practicar las leyes de la Iglesia?.

Sólo te diré lo siguiente: nada hay que reprochar a los que las practican fielmente, y con mucha frecuencia hay que llorar por los que no las toman en cuenta. No fijándome sino en la cortesía, en el simple “savoir-vivre” hay que convenir en la necesidad de conocer las convicciones y los sentimientos de las personas religiosas. Si no estamos obligados a imitarlas, debemos, por lo menos, comprenderlas, para poder guardarles el respeto, las consideraciones y la tolerancia, que les son debidas. Nadie será jamás delicado, fino, ni siquiera presentable, sin nociones religiosas.

Querido hijo: convéncete de lo que te digo: muchos tienen interés en que los demás desconozcan la religión; pero todo el mundo desea conocerla. En cuanto a la libertad de conciencia y otras cosas análogas, eso es vana palabrería que rechazan de ordinario los hechos y el sentido común. Muchos anti-católicos conocen por lo menos medianamente la religión; otros han recibido educación religiosa; su conducta prueba que han conservado toda su libertad.

Además, no es preciso ser un genio para comprender que sólo son verdaderamente libres de no ser cristianos los que tienen facultad para serlo, pues, en caso contrario, la ignorancia les obliga a la irreligión. La cosa es muy clara: la libertad exige la facultad de poder obrar en sentido contrario. Te sorprenderá esta carta, pero precisa, hijo mío, que un padre diga siempre la verdad a su hijo. Ningún compromiso podría excusarme de esa obligación.

Recibe, querido hijo, el abrazo de tu padre”.