martes, 3 de noviembre de 2009

PENA DE MUERTE A LOS NIÑOS CON SÍNDROME DE DOWN


Porque esto es lo que prácticamente se está realizando en nuestras sociedades avanzadas.

Hace unos días una señora me explicaba entusiasmada los grandes adelantos de la ciencia moderna, resaltando el hecho de que nacían cada vez menos niños con síndrome de Down. Le contesté que este triunfo no se debía a la ciencia sino a la maldad humana.

Que nazcan menos niños “síndrome de Down” no es consecuencia de una investigación científica que intente curar el gen dañado, sino de una selección -al estilo nazi- para desechar al niño “dañado”.

Las futuras madres saben perfectamente que la oferta de la amniocentesis está dentro de esta perspectiva eugenésica: ser madre sólo del que esté sano. Y poco a poco, la futura madre, que en sí misma debía encarnar un amor incondicional por el hijo, se va transformando en un ser que selecciona al hijo que quiere amar.

Los que están verdaderamente enfermos no son los niños con síndrome de Down sino la sociedad que los elimina.

El ser humano está próximo a ser engendrado por seres atroces y monstruosos a los que tendrá que llamar “padre” y “madre” sin merecerlo realmente.

Aquí os presento la noticia.


El síndrome de Down se hace invisible

ABC. 02.11.09 N. RAMÍREZ DE CASTRO MADRID

Ningún avance médico, ninguna medida de prevención ha logrado reducir la frecuencia del síndrome de Down. Todo lo contrario, esa malformación que altera la vida con un cromosoma de más en el par 21 es una enfermedad congénita al alza. El último número de la revista «British Medical Journal» publica un estudio que demuestra que el diagnóstico, lejos de disminuir, se ha disparado cuando se le informa de que su hijo tiene síndrome de Down.

En España no existe un estudio similar. Aunque las mismas cifras que se manejan en las dos últimas décadas en un 70%. Pero los casos no son visibles. El estudio admite que muy pocos llegan a nacer: 9 de cada 10 mujeres deciden interrumpir la gestación en el Reino Unido podrían servir «incluso aumentadas» para nuestro país, reconoce María Luisa Martínez-Frías, directora del Estudio Colaborativo Español de Malformaciones Congénitas. Los datos que se manejan en este registro son sólo de nacimientos con problemas, no de diagnósticos.

En ese registro se acumula información desde 1976 y se puede ver cómo los alumbramientos de bebés con síndrome de Down permanecieron estables, en torno a los 14,78 casos por cada 10.000 nacimientos hasta 1985. Ese fue el año de la despenalización del aborto y de los primeros pasos del diagnóstico prenatal. Hoy la generalización de ecografías y amniocentesis apenas dejan duda a las gestantes.

Si sirve como muestra lo que ocurre en una comunidad autónoma, basta con ver los datos de Asturias. La revista «Medicina Clínica» publicaba hace unos meses un estudio donde confirma que el 96 por ciento de las parejas aborta cuando le informan que su hijo puede padecer esta alteración cromosómica.

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