jueves, 17 de noviembre de 2011

EL NIETO SACERDOTE DE JOHN WAYNE CUENTA LA CONVERSIÓN “IN EXTREMIS” DEL VAQUERO A LA FE CATÓLICA



El “gringo” era un hombre de fe. Y, además, de fe católica. Y fue justamente así: John Wayne (pseudónimo de Marion Mitchell Morrison), el actor que interpretó el papel del pistolero duro en centenares de ‘westerns’, un año antes de afrontar su “último duelo”, el que combatió contra el cáncer de estómago que lo mató en el verano de 1979, se convirtió al catolicismo.


Lo recuerda en una entrevista con la agencia estadounidense Cna uno de los nietos del actor, Matthew Muñoz, sacerdote de la diócesis de Orange, California. El sacerdote, de 46 años, es hijo de Melinda, una de los cuatro hijos que Wayne tuvo con su primera esposa Josephine Saenz. En 1945 se divorció de ella y se volvió a casar otras dos veces, siempre con latinas. «Mi abuela era católica –dijo Muñoz– y, desde el divorcio hasta la muerte de su marido, nunca se volvió a casar. Y nunca dejó de rezar por la conversión del abuelo».


Oraciones que parecen haber funcionado en 1978. John Wayne, cuya familia era presbiteriana, tenía óptimas relaciones con Tomas Clavel, arzobispo de Panamá. El prelado siempre lo animaba para que se conviertiera a la fe católica. «Un día, en 1978 –recuerda el nieto–, mi abuelo lo llamó y le dijo: “Ok, estoy listo”. Sin embargo, el obispo estaba muy enfermo. No podía moverse. Pero envió a su sucesor, el arzobispo Mc Graith, a Hollywood. Mi mamá y mi tío estaban esperando la llegada del arzobispo. Y estuvieron presentes cuando mi abuelo recibió el bautismo».


¿Cómo era realmente este "vaquero"?
«Recuerdo –respondió el nieto– las visitas a su casa: me hacía jugar y me divertía mucho. Un abuelo de verdad. Muy diferente de la imagen que habían creado sobre él...».


En cuanto a la conversión “in extremis”, Muñoz dijo: «Poco antes de su muerte, el abuelo se entristeció de no haberse convertido antes. Desgraciadamente, me dijo, he tenido una vida demasiado ocupada».


El nieto subraya que en realidad John Wayne nunca fue un enemigo de la religión. «Sus padres le habían inculcado los principios de la Biblia: él mismo escribía cartas muy dulces a Dios. Para algunos, eran cartas ingenuas; yo creo que estaban llenas de una sabiduría profunda».

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