martes, 15 de noviembre de 2011

EPITAFIOS CURIOSOS




Groucho Marx a su suegra; "RIP... RIP... ¡Hurra!"

Miguel de Unamuno; "Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo".

"Aquí yace Moliere, el rey de los actores. En estos momentos yace de muerto y de verdad que lo hace bien."

Enrique Jardiel Poncela: "Si queréis los mayores elogios moríos".

Miguel Mihura: "Ya decía yo que este médico no valía mucho"

En la tumba de Johann Sebastian Bach: "Desde aquí no se me ocurre ninguna fuga"

En el cementerio de Agréda, Soria: "Vivió mientras estuvo vivo".

Lo puso un marido en la tumba de su suegra: «Aquí yaces y yaces bien, tú descansas y yo también».

El difunto pesaba 140 kilos e hizo infinitas curas de adelgazamiento: «Por fin me quedé en los huesos».

En una tumba del cementerio de Guadalajara: «A mi marido, fallecido después de un año de matrimonio. Su esposa con profundo agradecimiento».

En la tumba de Marlon Brando: «¡Otra vez protagonista de la ley del silencio!»

Lo puso el marido: «Pronto estaré contigo». Un conocido al ver las fechas tan distantes de fallecimiento escribió debajo: «Creí que no venías».

Lo puso un marido en la tumba de su suegra: «Tanta paz encuentres, como tranquilidad me dejas».

Lo puso en la lápida unos días antes de morir: «Os dije que estaba enfermo».

En un cementerio de Minnesota: «Fallecido por la voluntad de Dios y mediante la ayuda de un médico incompetente».

En la sepultura de un aprensivo que creyendo estar muy enfermo, se curaba con mejunjes y potingues: «Aquí yace un español, que estando bueno quiso estar mejor».

Lo pusieron sus amigos: «Aquí ya no toses, Manolo».

Lo puso el marido en la tumba de su suegra: «Ya era hora».

«Volveré para vengarme de los bancos».

Lo puso el marido en la tumba de su suegra: «Señor, recíbela con la misma alegría con la que yo te la mando».

Inscripción en la puerta de un cementerio: «Levantaos, vagos, la tierra es para quien la trabaja».

En un cementerio de Middlebury, en una lapida erigida por la suegra a su yerno: «Descansa en paz hasta que volvamos a encontrarnos».

Lo puso el difunto en la lápida unos días antes de morir: «Por fin dejé de fumar».

En la tumba de un ludópata, en lugar de poner R.I.P. ponía: «GAME OVER».

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